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también ustedes son piedras vivas con las que se está edificando una casa espiritual. Así llegan a ser un sacerdocio santo, para que le ofrezcan a Dios sacrificios espirituales por medio de Jesucristo. Estos sacrificios a él le agradan. Como dice la Escritura: «Yo pongo en Sion una piedra que es la principal, escogida y preciosa, y el que confíe en ella jamás será defraudado».

Para ustedes los creyentes, esta piedra es preciosa. Pero para los que no creen:

«La piedra que los constructores despreciaron ha llegado a ser la piedra más importante».

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